En este artículo vamos a tratar los derechos que tenemos como trabajadores, aunque estemos en situación irregular en España, es decir, aún sin permiso de trabajo y residencia. Mucha gente cree que las personas sin papeles no tienen ningún derecho a nivel laboral cuando lo cierto es que tienen absolutamente todos los derechos laborales como cualquier otro trabajador.

Aunque un trabajador sin papeles sea contratado en negro no deja de tener derechos laborales. No nos cansaremos de subrayar este dato. El empresario no podrá hacer con este trabajador en situación irregular lo que le venga en gana porque la legislación constitucional y laboral protege a estos trabajadores. Los despidos, los salarios, cualquier tipo de sanción, cualquier tipo de accidente laboral de un trabajador sin papeles está altamente protegido.

Todo trabajador, aunque no tenga autorización para residir y trabajar en España, puede contratar su abogado, puede presentar sus demandar y el juez no se va a oponer en absoluto a admitir estas demandas porque el juez que dirime casos laborales no se va a meter a opinar acerca de la situación de irregularidad del trabajador. El juez laboral se va a centrar en los procedimientos por despido y las reclamaciones de salarios, sanciones, indemnizaciones por accidente, etc.

Todo lo que el juez va a hacer es concentrar sus esfuerzos en ver si se cumplieron las reglas para con el trabajador, para verificar que no ha sido explotado, que se garantice que ha sido tratado en las mismas condiciones que si de un español se tratase. Cualquier trabajador tiene exactamente los mismos derechos a nivel laboral teniendo o no teniendo papeles.

Por ejemplo, si un trabajador sin papeles se cae de un andamio y sufre una incapacidad de por vida, puede reclamar a la empresa para la que trabaja, aunque no tenga papeles, y denunciarla en caso de negligencia.

Lo que sí es muy importante es que conservemos pruebas de nuestro trabajo que podamos presentar al juzgado: localización del centro de trabajo, recibos de salario, condiciones de jornada y pruebas de comunicaciones con el empresario. Al tratarse normalmente de contratos verbales, el elemento probatorio tiene algo más de dificultad, pero tiene exactamente los mismos derechos que cualquier otra relación laboral que se plasme por escrito.

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